7 ago 2008

Hablando de... Enrique Gomez Carrillo, el cronista errante

Hace unos pocos días que estoy durmiendo poco y con hondas ojeras, mal carácter (todavía peor) y sobre estimulado, entre las preguntas, el estudio y el memorizar cosas para el Privado y la lectura nocturna, en poquísimos días, de esta sobresaliente muestra de biografía; un comprensivo, manejable y ameno relato sobre la vida del escritor y periodista guatemalteco Enrique Gómez Carrillo.


Nacido en Guatemala en 1873, Gómez Carrillo vivió la mayor parte de su vida en Francia, desde donde logró convertirse en pieza importante del periodismo latino y en ciudadano del mundo.




Guatemalteco de nacimiento y de nostálgico sentimiento, argentino por el cariño mostrado a ese gran país, parisino y francés ante todo, Gómez Carrillo supo codearse, criticar y amar a lo mejor y lo peor en esa magnífica Ciudad Luz, transcribió y fue testigo de grandes acontecimientos mundiales y dejó para el recuerdo innumerables escritos sobre viajes, vivencias y acontecimientos, no en la modalidad y trascendencia de grandes novelistas o poetas nacionales que le siguieron, pero que fue el precusor, a inicios de siglo, de lo que vendría después para las letras y la literatura chapinas.


Que sirva este magnífico libro, escrito de manera erudita aunque muy clara por Edelberto Torres Espinoza, para descubrir y apreciar a este personaje guatemalteco que fue tan internacional y que no ha sido suficientemente reconocido y homenajeado como lo merece en su patria de nacimiento.

2 comentarios:

Petoulqui dijo...

Y dice una leyenda que cuando estaba en Francia y le preguntaban dónde había nacido, Gómez Carrillo respondía: "de Grecia". Esto porque una francesa se había reído cuando él le contó que era de Guatemala.

A ella le sonó como "Gratte-moi la", algo así como "Ráscamela".

Saludos.

Cristián Guerra Campo dijo...

Si, lo lei en el libro tambien, yo no sabia el detalle. En ese tipo de momentos creo que cabe aquello de "quien este libre de culpa que tire la primera piedra" yo tambien negue mi pais, dejando que la gente me nombrara brasileño, español hasta mexicano, pero ni modo, el rollo es estar en los zapatos de uno en ese momento, no es facil.

Gracias por la anectdota.