3 jul 2008

Zapatos tenis blancos Adidias vintage comprados por aproximadamente Q300

Cada familia, aunque parta de una misma raíz, de un tronco madre, cada familia es distinta. Beto tuvo la suerte, si se le puede llamar así, de haber vivido la mayor parte de vida rodeado de muchos primos, primas, tías y tíos que de una u otra forma habían influido en su desarrollo, vida.
Resulta que hoy su primo Javier cumplía años y en plena fiesta llegó su manager (el primo es presentador de televisión y futuro cantante) le regaló un par de zapatos Puma, recíen adquiridos en Miraflores, de seguro. Al abrirlos, los agradeció y siguió en lo suyo, destruyendo canciones en karaoke, entretenido.
Sin darse cuenta Beto se dió cuenta que estaba pensando en adorados tenis blancos Adidas vintage que compró por el aproximado de Q300 en el extranjero y que le han acompañado por los últimos siete años, diríase, alrededor de un pedazo de planeta. Zapatos que en ese momento llevaba puestos y sigue adorando.
Pensó, si no estaba envidiando el guardarropa de su primo, si podía llamar envidia el hecho de tener toneladas de zapatos, ropa y accesorios nuevos, regalados, un mánager y fans alocadas.

Verán, es un tema recurrente en la familia de Beto, la envidia que unos sienten de los éxitos de los otros, unos cantan, otros ganan dinero, unos cuantos tienen éxitos académicos, otros tienen hijos, otros han viajado, otros han emigrado pero seguro todos han sido envidiados.
Supongo que todo se resume a que la diferencia de crianza se agranda con los años y con las desiciones individuales que se toman. Será también a que los nuevos Puma del primo de Beto, comprados por compromiso por su manager en pleno stress no me gustaron, medio color beige, medio limón que cuento esta historia, queriéndola meter a fuerza en una parábola digna de recordarse.
Supongo que todo radica en que Beto ama sus zapatos tenis blancos Adidas vintage que compró en el extranjero por un aproximado de Q300 hace siete años, cuando lucían y se sentían cómodos, cuando todavía tenía cierta certeza en un futuro, cuando el límite del fracaso era palpable, pero aún no evidente. Tal vez cuando no tenía amigos alejados como yo, tal vez cuando aún le gustaba la lluvia que ha estado cayendo como maldición encima nuestro por todo un mes.
Pero todo sigue rondando en la mirada de tedio y obligación que notó cuando el primo estaba abriendo el paquete... unos zapatos que ni se va a poner en la vida ni conocerán las aventuras de los viejos y gastados Adidas de Beto.
Algún día contaré un par de esas historias.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Muchas veces comparamos nuestros exitos y fracasos con los demás y los más cercanos es nuestra familia y así no nos damos cuenta que aunque hayamos hecho de poquito en poquito en nuestra corta existencia, es nuestra vida y es lo único que cuenta, pero esa es la naturaleza del hombre el saber que tienen los demás y preguntarnos porque a mi no me pasa? o porque yo no tengo eso? Es un ejercicio mental el ser felices con lo que tenemos y si no nos conformamos pues seguir adelante. Saludos!

Cristián Guerra Campo dijo...

Gracias, bienvenida

Anónimo dijo...

En algún momento me pasó eso a mí con mi primo el "peewee", quien era bien buena onda conmigo y me prestaba sus juguetes, pero algo que definitivamente odiaba Yo, era que los despedazaba, los perdía y hasta tiraba a la basura. Recuerdo muy bien que tenía la serie "G.I.Joe", en donde yo adoraba a "Snake-eyes" y él en vez de regalármelo, prefirió botarlo por la basura.

Desde entonces supe y decidí, que todo lo que iba a tener en adelante, me tenía que costar.

saludos!

Cristián Guerra Campo dijo...

Yo tenia un primo que su mama vivia en los USA y le mandaba los Amos del Universo, hasta los menos conocidos y como 5 He-Mans.... yo me moria por ir a su casa cada sabado a jugar con ellos. Pero al igual que un tio y otros dos primos, tiraron sus jugetes antes que darmelos. Yo guardo un monton en cajas y que!!! igual ya mis primos menores el fut y el nintendo era lo que les gustaba no el Lego o las Tortugas Ninja!!!

Saludos, gracias por leer.