13 feb 2007




laColumna: Mondo sonoro (26-1-07)
“Evita" en Guatemala

El musical Evita, escrita por Tim Rice y musicalizada por Andrew Lloyd Weber, después de 32 años de su creación, es presentado por primera vez en Guatemala...
Jorge Sierra /elPeriódico mondosonoro2003@ yahoo.com.mx

El musical Evita, escrita por Tim Rice y musicalizada por Andrew Lloyd Weber, después de 32 años de su creación, es presentado por primera vez en Guatemala, bajo la dirección escénica del norteamericano Jacques Stewart, y la dirección musical de Elaine Cope, de origen brasileño. Estrenado el pasado viernes 19, en el teatro del IGA, la obra se ofrece con un elenco guatemalteco y versionada por completo en español.Inspirado libremente en la vida y muerte Eva Perón (1919-1952), esposa del coronel y presidente de Argentina, Juan Perón, narra la historia de una mujer polémica, entre otras cosas, por la forma en cómo elige ayudar a los desprotegidos o por sus ambiciones de poder e influencia. Por supuesto, en su momento suscitó esa clara dicotomía entre odio y pasión.Stewart desarrolla una adaptación más light y austera. A diferencia de Evita original de gran lujo coreográfico y orquestal, aquí el grupo musical está compuesto de tan solo cuatro músicos, con un elenco actoral y vocal de un poco más de 20 personas.
Pese así, el montaje consigue ofrecer puntos sobresalientes como en Esta noche de mil estrellas, interpretado por Alfonso Algara (Agustín Magaldi); Otra maleta en otro portal, a cargo de Melisa Donis (Amante de Perón); Santa Evita, con todo el elenco coral incluyendo el coro infantil; y por supuesto, en la canción más conmovedora del musical, No llores por mí Argentina, bien asumida por Ana Lucía Orozco (Evita).
Orozco ya tiene un camino recorrido, pero esta vez se trataba de un reto para ella, que pudo superar con éxito gracias a su cumplido timing, a un afortunado registro tonal, a su cualidad interpretativa y a su trabajo escénico.Esos logros contrastan por supuesto con algunos desaciertos. No amplificar las voces de los cantantes impide por ratos claridad, dado que tienen que competir con los instrumentos acompañantes.
Los eventuales equívocos en las luces crean desenfoques. Luego, el desastroso trabajo de Adrián Lorenzana (Juan Perón), sin cualidades actorales ni vocales, aspectos penosos si se considera que es el papel coestelar. E igual los tropiezos de afinación de Hugo Ayala (Ché Guevara/ narrador).La coreografía con sabor suramericano tiene de fondo texturas sonoras encantadoras de tango con entramado político, que sirven aquí de plataforma para ofrecer una versión de una Evita recatada, soñadora, sensible y por ratos vibrante, diferente a la original: desenfadada, fuerte y pasional. Si se compara con la versión que hubo antes en Guatemala del musical West side story, este quizá es mejor.


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