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Se viene más FDS para el 2012.
Virgilio Rodríguez Macal, escritor guatemalteco de lectura obligatoria a nivel primario, escribió tórridas novelas con temáticas tradicionalistas. En su libro “Guayacán”, el autor narra una historia de aventuras que tiene como protagonista a un valiente petenero que rechaza la mundana urbanidad de la capital y vuelve a su terruño (Rodriguez Macal, 1978); como escenario, el entonces frondoso e impenetrable norte del país, olvidado por la sociedad; el lejano Petén.
Manuel Baldizón es originario de esa tierra, región sin Estado y sin ley, como en tiempos de Guayacán. Petén ha prosperado y se ha acoplado con el resto de la región, coincidiendo su auge económico con el aparecimiento de un benemérito, personaje que ha tomado por asalto la política nacional.[1]
No estudió en las universidades de la élite (Llorca, 2005) ni ha querido seguir las reglas de los actores hegemónicos del país, un outsider juvenil, diferente a quienes han gobernado al país, un líder carismático, pragmático.
Calificar de pragmático a Baldizón es entrar al debate de si tiene o no ideología[2], pues poco puede hablarse (Sartori, 2010) que un pragmático pueda tener ideología. En el esquema de análisis de Sartori, las mentalidades políticas que se identifiquen como pragmáticas y de centro, son flexibles y fácilmente mudables.
La política no es un fenómeno monótono e inmutable, ni puede hablarse de pragmatismo ni ideologismo puros (Sartori, 2010), Baldizón tiene ideología, lo que se comprueba al contrastar la entrevista (Coronado, 2011) utilizada para este análisis con la tipología y definición de Manuel Alcántara. Según este autor son tres ejes (Alcántara, 2003) sobre los que puede medirse la posición ideológica de un partido político, de la forma siguiente:
En materia económica, a) Baldizón está de acuerdo con que el sistema de pensiones siga siendo de público, menciona que el IGSS es de beneficio social[3]; b) respecto al fomento de la industria como instrumento de ataque al desempleo, también la ha propuesto[4], planea mayor intervención estatal en la promoción de inversiones[5] en agricultura y c) como filosofía política del partido, hay que recordar que LIDER es una escisión del oficialismo y ahora han formado una alianza, quienes han promovido fuertemente políticas de cohesión social, programas que Baldizón ha prometido dará continuidad. En esa línea está la propuesta de crear un Bono 15.
En el tema de valores es donde el pragmatismo de Baldizón se difuma y la ideología resalta, siendo el conservadurismo la constante en su discurso: a) está a favor del endurecimiento de las penas y en especial, la de muerte[6], b) en cuanto a la asimilación de las minorías, él habla de la unidad nacional; c) el respeto a los valores tradicionales; Baldizón ha convertido la campaña política en una cruzada[7]. d) Admitió la ilegalidad del aborto en un reciente foro y e) parte fundamental de su lema de campaña es el rescate de las posturas morales y culturales tradicionales, en especial el énfasis a la unidad familiar.
En el eje de la importancia de la globalización y articulación económica y arancelaria con el resto de países de la región y del mundo, ha sido ambivalente en sus opiniones[8], como empresario se ha beneficiado del comercio regional.[9] Está a favor de la lucha contra el narcotráfico y en la necesidad de colaborar internacionalmente al respecto.
Baldizón tiene una ideología, la centro derecha, pues si bien está de acuerdo con un rol intervencionista del Estado en la economía, el polo conservador es muy fuerte en su mentalidad, al hablar Alcántara (Alcántara, 2003) de preceptos sobre “lo que es éticamente bueno y malo” el énfasis es evidente en el tradicionalismo y en cuanto al poder, este debe residir en el pueblo y quien está con el pueblo, tiene el poder, es decir, buscarlo él mismo. (Coronado, 2011)
El heredero de “Guayacán”, de la floreciente provincia pródiga, puede conquistar con su mensaje y carisma al electorado y convertirse en el próximo Presidente de la República.
Alcántara, M. (2003). ¿Instituciones o máquinas ideológicas? Origen, programa y organización de los partidos políticos latinoamericanos. Salamanca: Universidad de Salamanca.
Coronado, E. (1 de abril de 2011). Tengo una energía absoluta para cambiar a la nación. Siglo 21 .
Llorca, J. C. (6 de marzo de 2005). El diputado conspicuo. El Periódico .
Rodriguez Macal, V. (1978). Guayacán. Guatemala, Guatemala: Piedra Santa.
Sartori, G. (2010). Elementos de teoría política. Madrid: Alianza Editorial.
[1] “…pese a la fortuna que ha amasado, no ha podido interactuar con los estratos superiores de lo que sería la aristocracia local, si Guatemala tuviera una. (Llorca, 2005)
[2] “Somos social humanos; nuestra ideología es de centro y nuestro ícono a seguir es Jesucristo, aquel hombre que a los 33 años cambió la historia del mundo y la partió en dos. El antes y después. Un joven de 33 años que hasta el día de hoy, después de 2011 años, sigue siéndose escuchado en las casas.” (Llorca, 2005)
[3] “Creemos en los pactos colectivos de trabajo y en la oportunidad que nos dio don Juan José Arévalo Bermejo con la creación del Código de Trabajo y la creación del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social. Hay que fortalecer sus derechos.” (Coronado, 2011)
[4] Hay que generar el capitalismo progresista, el capitalismo del progreso o capitalismo humano, que consiste en darle la oportunidad a los sectores sociales, campesinos, rurales y del interior que tengan opción a participar dentro de la generación de riqueza. (Coronado, 2011)
[6] “De nada sirve que vaya a un proceso una persona que asesina y luego se queda varios años alimentándose del Estado; entonces la gente se burla de la Ley, le ha perdido el respeto. Yo quiero que se rescate, pero para eso se necesitan medidas estrictas y la aplicación de la pena de muerte es vital”. (Coronado, 2011)
[7] “creemos que el gobierno de Dios tiene que estar en el corazón de todos los guatemaltecos para que exista paz y tranquilidad” “me hubiera fascinado ser un hombre de fe, de guía” (Coronado, 2011)
[8] “Su postura de negativa al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (TLC) parecería absurda si se toma en cuenta que como empresario, dueño de inmobiliarias, hoteles, rutas de transporte de pasajeros y carga, entre otras empresas, resultaría beneficiado por el acuerdo comercial. Es más, dice,“…no es que esté en total desacuerdo, pero exige que se tomen medidas para proteger a la población de los efectos negativos del Tratado. Pide iniciativas de fomento, subsidios para la ganadería y la agricultura y planes de mitigación económica para las poblaciones damnificadas.” (Llorca, 2005)
[9] “A partir de 2001, Cernor, la empresa que distribuye la cerveza Tecate en Petén y de la que Baldizón es propietario, tuvo una guerra comercial sin cuartel por la distribución en ese departamento. “Llegó al punto que nos puso la cerveza a quetzal en algunos lugares y en otros regalaba el producto para sacarnos del mercado”, dice una fuente de la Cervecería Centroamericana, propietaria de la marca Gallo.” (Llorca, 2005)
El ser humano y su continuo estado de guerra civil a causa de su natural egoísmo, sólo es contenido por un Estado garante de la paz y el orden, por medio del método inductivo se analiza la obra de Thomas Hobbes Leviatán, llegando a la conclusión de que estas ideas son vigentes y que el Estado es el paradigma capitalista del orden.
Una mente brillante para la política y la sociología, Thomas Hobbes[1], apologeta del absolutismo, fue influido por las teorías mecanicistas para explicar la naturaleza de Descartes y Galileo mediando entonces en su método de aproximación a la sociedad. Su adhesión política a la causa absolutista en la atribulada polémica entre Rey y Parlamento en Inglaterra dio como resultado un extenso estudio de la naturaleza del hombre y de la necesidad de una República[2].
En Leviatán[3], Hobbes justifica la necesidad de una soberanía única y la imposibilidad de romper el contrato social que le da fundamento legítimo a la organización estatal y justificar al monarca absoluto, buscando congraciarse con el entonces soberano, en la querella de ideas y sangre que éste mantenía con la burguesía inglesa, que apoyaba al Parlamento en la Guerra Civil[4], en la lucha por la supremacía y de la limitación del poder absoluto del monarca.
La idea central, del libro, -de que el ser humano vive en continuo estado de guerra civil a causa de su ambición, egoísmo y demás pasiones y sólo un Estado soberano puede mantener la paz y el orden- (Hobbes, Thomas. Leviatán, Capítulo XVII, página 163) es expuesta por el autor sin justificaciones divinas ni mágicas, lo no agradó a quienes quería lisonjear ya que las consecuencias obtenidas por Hobbes en su trabajo intelectual develaban una más profunda y compleja relación entre la República y los súbditos y de la relación mutua entre estos.
Ante la justificación de la existencia de esta República, Hobbes demuestra que para evitar la guerra civil perpetua, el soberano es incuestionable, lo que en la práctica justifica empíricamente del ya conocido derecho divino que le sobraba al soberano inglés de la época, pero que es la idea fundamental (la versión pesimista) en la que coincidieron pensadores como Locke y Rousseau, en el sentido la existencia de un contrato social.
Estos pensadores, a diferencia de Hobbes, no se aproximan al tema partiendo de lo que iguala al hombre con el animal, sino partiendo de lo que los diferencia, abriendo la puerta para considerar al ser humano desde su individualidad, la idea del hombre naturalmente bueno, pervertido posteriormente por la sociedad.
Si bien buscaba contentar a los soberanos absolutistas y justificar su poder omnímodo, Hobbes se cuida siempre de nombrar en Leviatán al “soberano” de una forma genérica, no como la dignidad personal de un hombre a quien la divinidad ha elegido, sino dando la posibilidad, de acuerdo con el convenio llevado a cabo por los súbditos a que existan diversas organizaciones políticas para su República.
Este Leviatán, el peligro de su omnipotencia o la necesidad de su crecimiento es fundamental en el actual debate ideológico, ante la dominación de las ideas neoliberales que dejan al Estado, únicamente su misión represora y vigilante, en cumplimiento de lo expresado en Leviatán por Hobbes a pesar de sí mismos, (Dávalos, Pablo. Neoliberalismo político y “Estado social de derecho”, 2008) ya que al propugnar únicamente el “Estado de Derecho” se deja de lado el interés común, que ideas más benignas como las de Locke y Rousseau propusieron posteriormente.
La construcción de la idea del Estado legada por Hobbes, es una idea plenamente capitalista (Holloway, John. Cambiar al mundo sin tomar el poder, España, 2002) idea que los bolcheviques no tomaron en cuenta al tomar el poder del Estado, idea que, según Holloway demostró su fracaso con la caída del bloque soviético.
La represora República descrita en el Leviatán, perfeccionada y fetichizada por el sistema capitalista es ideológicamente creada para cumplir con los fines de la burguesía, promover su desarrollo y en ningún momento ser una institución neutra, susceptible de su conquista y sostenible mantenimiento, como trataron de hacer los bolcheviques al transformar (pero no desaparecer) desde sus cimientos al régimen zarista[5] de Rusia.
La relevancia contemporánea de las ideas de Hobbes da lugar para múltiples interpretaciones, desde quienes lo consideran un promotor del estado absolutista, pasando por la justificación del Estado mínimo de los liberales hasta el benefactor de los socialistas. Aunque rodeado de ideas anticuadas y reaccionarias, la concepción de Hobbes del hombre y del Estado siguen vigentes, esperando ser reinterpretadas y cuestionadas.
[1] (1588 – 1679).
[2] Así llama Hobbes al soberano “Dios Mortal”, al Leviatán en su libro, es el Estado.
[3] Publicado en 1651.
[4] Guerra Civil Inglesa (1642-1649) entre el rey Carlos I de Inglaterra y el Parlamento Inglés, provocado por el despotismo del monarca, ya que los parlamentarios, apoyados por la burguesía, buscaban se les reconocieran derechos civiles y políticos, libertad económica y se establecieran limitantes al poder del rey.
[5] En 1917, la Revolución Rusa llevó al poder por primera vez en la historia a la dictadura del proletariado, tomando el control de un estado capitalista.