"...la pobreza de que se habla aquí [en las Bienaventuranzas] tampoco es simplemente una actitud espiritual. Ciertamente, la radicalidad que se nos propone en la vida de tantos cristianos auténticos, desde el padro del monacato antonio hasta Francisco de Asís y los pobres ejemplares de nuestro siglo, no es para todos.
Pero la Iglesia, para ser comunidad de los pobres de Jesús, necesita siempre figuras capaces de grandes renuncias; necesita de comunidades que le sigan, que vivan la pobreza y la sencillez, y con ello muestren la verdad de las Bienaventuranzas para despertar la conciencia de todos, a fin de que entiendan el poseer sólo como servicio y, frente a la cultura del tener, contrapongan la cultura de la libertad interior, creando así las condiciones de la justicia social." -Benedicto XVI "Jesús de Nazaret, Primera Parte, Desde el Bautismo a la Transfiguración", pag. 105
Pero la Iglesia, para ser comunidad de los pobres de Jesús, necesita siempre figuras capaces de grandes renuncias; necesita de comunidades que le sigan, que vivan la pobreza y la sencillez, y con ello muestren la verdad de las Bienaventuranzas para despertar la conciencia de todos, a fin de que entiendan el poseer sólo como servicio y, frente a la cultura del tener, contrapongan la cultura de la libertad interior, creando así las condiciones de la justicia social." -Benedicto XVI "Jesús de Nazaret, Primera Parte, Desde el Bautismo a la Transfiguración", pag. 105
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