En varios municipios del país, sobre todo en Quetzaltenango, las municipalidades no quieren dejar que funcione el Registro Nacional de Personas (RENAP) en lugar de los antiguos Registros Civiles, por considerar que se viola la autonomía municipal y que se les privará de fondos que entraban a las arcas municipales.Considero que estas razones son falsas y tendenciosas, pero no vale la pena criticar estas actitudes sin antes comprender que el proceso de comunicación entre RENAP y el poder local fue un diálogo de sordos, donde cada quien quiso imponer su único punto de vista; es cierto que todos somos guatemaltecos, pero la visión que se tiene por ejemplo, acá en la capital del RENAP, sus evidentes ventajas y certezas, no es una idea compartida en ciertos lugares del interior, pues siento que no se fué suficientemente claro al recalcar estas ventajas, aprovechando ciertos líderes locales en regar desinformaciones, sobre privatizaciones, precios altos, control social, venta de organos.
Siento que aún estamos a tiempo en que, luego de la desición del Presidente Colom y el Congreso de la República -que a mi entender fue consecuente y positiva- de no ceder a las presiones de estos líderes locales, se puede llegar a un entendimiento pacífico que beneficie a la población y al final modernize el sistema de identificación de personas en todos los 333 municipios del país.
Por supuesto que el RENAP debe seguir siendo vigilado muy de cerca para que no exista un alza de los precios de los documentos o inscripciones y sobre todo, que transmita la certeza y seguridad que todo registro público debería transmitir.
*foto: Futura sede del RENAP en Santiago Atitlán, Noviembre 2007.