"Durante esos años de hierro Sánchez Mazas pronunció discursos, diseñó estrategias y programas, redactó ponencias, inventó consignas, aconsejó a su jefe y, sobre todo a través de F.E., el semanario oficial de la Falange -donde se encargaba de una sección titulada "Consignas y normas de estilo"-, difundió en artículos los anónimos firmados por él mismo o José Antonio unas ideas y un estilo de vida que con el tiempo y sin que nadie pudiera sospecharlo -y menos que nadie el propio Sánchez Mazas- acabarían convertidos en el estilo de vida y las ideas que, primero adoptadas como revolucionaria ideología de choque ante las urgencias de la guerra y más tarde rebajadas a la categoría de ornamento ideológico por el militar gordezuelo, afeminado, incompetente, astuto y conservador que las usurpó, acabarían convertidas en la parafernalia cada vez más podrida y huérfana de significado con la que un puñado de patanes luchó durante cuarenta años de pesadumbre por justificar su régimen de mierda".
1 comentario:
interesante libelo.
saludos.
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