La sonrisa de Dios

Hace unas horas mi querida tia Lissette me envió un correo, conteniendo esta foto y una pequeña oración, solicitando además que continuara la cadena de mensajes por internet. Me gustó mucho y sobre todo me sorprendió por su simplicidad y belleza, poniéndome a pensar que realmente siempre hay algo por qué agradecer en este mundo.

La confusión, la tentación y el aburrimiento son túmulos en el camino, saber en quien confiar y a qué atenerse es muy útil en ocasiones, simplemente sabiéndole dar su tiempo al tiempo y proseguir de la mano del destino, por que el destino siempre llama. Dicen que un día uno se despierta y de repente ya sabe qué quiere hacer por el resto de su vida, espero que ese día llegue.