De creer. De tener Fé, así, con mayúscula. En mi espiritualidad, no digamos en religiosidad, mi interés/ánimo es un sube y baja. Por un tiempo creo en el destino, pido ayuda, demando. Otras veces lo único que pido es que no les pase nada a mis seres amados y poder ver en el mundo futuro a mi abuelo.
En mi casa y luego de forma personal le he encontrado significado a mi fé en el servicio a los demás, en la comunidad cristiana, en los ritos de la fé católica.
Pero los ritos son vacíos sin previa fé, aunque es cierto que la aumenta una vez iniciados. La comunidad, al menos la de mi parroquia está llena de niños snobs, conservadores tradicionales, opusdeistas, niñas fresas, niñas wanna be fresas, sobre todo me refiero a los lideres, el cura no puede estarlos controlando a todos, falta carisma, hay compromiso pero falta más.
El servicio a los demás, es de difícil definición, es complicado pero es lo más satisfactorio del mundo. Se trata del hoy, pero para mí se trata más del mañana, de algo significativo, de la actitud diaria, la conducta.
De este lado, en la pequeña iglesia católica local, o del otro, en la faustuosa capilla opusdeista, las asambleas de Dios, la Ciudad de Dios, pues hay muchas opciones, por hoy, prefiero yo ser yo mismo, por una vez.
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