Carta de una lechuza
Winaq
Por Claudia Virginia Samayoa - Guatemala, 14 de febrero de 2007
De la mano de Rigoberta Menchú, una parte del movimiento indígena guatemalteco se nos presenta como una articulación política actuando ante el Estado como una persona. Ante esta propuesta, la reacción del status quo racista no ha tenido, ni siquiera, la cautela de esperar para escuchar en qué consiste la propuesta en sí.
Winaq ha salido a la palestra pública en medio de la algarabía generada por la posible candidatura de la Sra. Menchú para la Presidencia de la República. Las últimas dos semanas han sido como un festín para los medios de comunicación y los columnistas de opinión que han encontrado en la posible candidatura de la Premio Nóbel un motivo de noticia en el mundo de la izquierda, similar a lo que ocurre en la derecha en su búsqueda de candidatos para los Partidos o de Partidos en busca de candidatos.
Mucho se ha dicho sobre si el país está listo para que una mujer indígena asuma la presidencia o no. Están aquellos que desde una posición folklorista y machista se alegran de su participación y luego vemos los mismos que levantan el viejo miedo ladino ante la posibilidad de ‘la llegada al poder de los indígenas'.
Sin embargo, todo lo que se ha escrito sobre Rigoberta Menchú es pura bulla. Los medios de comunicación no han jugado su rol y no nos han permitido escuchar la propuesta de la candidata. Hace poco en un análisis de coyuntura decía que para la izquierda la pregunta sobre la viabilidad de la candidatura de Rigoberta no es tan importante como lo es su propuesta de gobierno, ya que en una negociación de cuotas de poder lo que debería importarnos es la agenda que se está impulsando. Al final del día esa es la agenda que predominará en el Congreso y en las municipalidades.
Ahora con el surgimiento de Winaq, al fin la discusión sobre la propuesta podrá realizarse superando la bulla. Eso es si logramos dejar de lado las observaciones racistas pregonadas desde los editoriales de los medios advirtiendo a los incautos lectores de los peligros de los movimientos indígenas.
El movimiento indígena Winaq parte de una visión personalista ya que su nombre mismo significa la “integralidad de la persona”. Sin embargo, es necesario advertir que no hay que cometer el error de hacer un simple traslado del personalismo de la filosofía occidental hacia el personalismo maya. Habrá que entrar en diálogo con esta concepción, ¿qué significa esta propuesta de personalismo y como se distancia o acerca al personalismo consagrado en la Constitución Política de la República?
En declaraciones de un miembro de Winaq se dice que la propuesta es para “poner en el centro los intereses del pueblo maya”. Para mí, es extremadamente importante conocer más a fondo las ramificaciones en políticas públicas de esta afirmación. Esto es porque el concepto de intereses del pueblo maya puede ser muy amplio o muy estrecho. He escuchado quienes me dicen que los intereses son autonómicos y culturalistas y otros que tienen que ver con aspectos económicos y sociales. A lo largo de estos años he conocido muchas explicaciones de lo que esos intereses son y espero que Winaq haya encontrado una fórmula que efectivamente le permita reflejar los intereses de la diversidad del pueblo maya.
Finalmente, la única forma en que Guatemala saldrá del monoculturalismo será a través de la participación activa de los pueblos indígenas en la vida ciudadana. Winaq, como lo fue antes K'amal B'e son pasos necesarios que nos permiten como sociedad ir construyéndonos de forma distinta. No cambiaremos de forma espontánea, lo haremos caminando. Como ladina no me queda más que escuchar atentamente lo que Winaq tiene para ofrecer como movimiento político y ver si hay sitio para la izquierda dentro de los intereses del mundo maya.
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