Tengo tres básicas razones para recordar los veintes de octubre pero me referiré sólo al recuerdo político-histórico, la Revolución de Octubre de 1944. Mucho se puede decir y se ha escrito sobre el tema, y coincido con las opiniones aparentemente "contrapuestas" de la página 28 de ayer domingo 19 en Prensa Libre, donde tanto Carlos Sabino (UFM) y Ángel Valdéz (USAC) coinciden en la vocación democrática, los objetivos nacionalistas y modernizadores que caracterizaron al movimiento y sus líderes; ideales que en mi punto de vista siguieron su cauce histórico lógico con los gobiernos de Arévalo y Árbenz, quienes continuaron profundizando los cambios al sistema productivo, social y educacional de Guatemala.
Actualmente ciertos movimientos de izquierda, poco imaginativos y a mi punto de vista demasiado negativos y radicales, son los portadores de la vieja insigna revolucionaria, parcializando el contenido real de esta gesta de forma para mí equivocada. En el futuro, espero poder colaborar activamente en lograr un rescate real de la memoria histórica de la herencia revolucionaria y modernizadora, atenuándola y enriqueciéndola, dejando de luchar batallas del 44, 49 o 54; trayendo al siglo XXI una deseada regeneración política a la Guatemala de hoy.La guerra ya terminó hace 12 años, la Revolución hace más de cincuenta y el militarismo que vivimos en los setenta y ochenta ya no está presente tan fuerte como antes. Es momento de salir de las trincheras mentales radicales. Armemos una gran alianza como se logró armar en Chile, desde demócratas cristianos hasta socialistas. Armemos un partido parecido al PSOE. Armemos un movimiento contemporáneo regenerador, donde lo importante sea que partiendo de nuestras diferencias, reconociéndolas, entremos en contacto con "el otro".
Salgamos de las cómodas trincheras del pensamiento... ¿pero quien sale primero?
mis
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