nuestro breve encuentro
en un momento duro para mí
me ha hecho sonreír.
Tus ojos azules, tan bonitos,
la lozanía de tus años,
me despertó una esperanza
rota hace muy poco.
Hace unas semanas
me hice la promesa.
Las cortas horas que estuvimos juntos
me motivan e impulsan a cumplirla.
Tú y yo es imposible.
El nosotros, en este momento
muy improbable.
Pero viniste a darme alegría.
Una alegría efímera.
Un trozo anecdótico.
Una sonrisa teutona.
Un encuentro casual.
Este poema es inmediata continación del anterior, en el sentido que horas antes de la lectura del anterior, siempre en Panajachel, me encontré con unas estudiantes de intercambio alemanas, y estuve con ellas y un conocido amigo e hicimos buenas migas. Irónicamente ese mismo día la chava objeto del anterior poema tambien se encontró con estudiantes de intercambio, así que no puedo juzgar nada de nada al respecto.
Escrito en Santiago Atitlán, a mediados de noviembre de 2007.
5 comentarios:
ya voy a cumplir un año de que atravesando casí la misma situacion que la tuya. me encontre con alguien que me invito a comer papas fritas en una carreta... te puedo jurar que esas papas, esos cinco minutos me sanaron el alma.
Muy bueno tambien, igual que el anterior se puede sentir la esperanza de continuar, usaste unas palabras (para mi no muy comunes) que le dan el toque especial al poema. Excelente. A por el otro...
vos y quien era ese tu amigo que andaba con las alemanas.. jaja son pajas vos... buen poema sobre todo admirable lo volatil de tu inspiracion para enfrascar en un poema un momento para algunos intrasendente pero que amrco sin duda alguna
gracias por comentar, seguire posteando. saludos
buena dualidad
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