21 jun 2007

"La salvación no está en el Vaticano" -Jon Sobrino

El jesuita Jon Sobrino recuerda que «la salvación no está en el Vaticano»
Defiende la coherencia de la Teología de la Liberación con el mensaje de Jesús
ISABEL URRUTIA/BILBAO

FE. Jon Sobrino está convencido de que aún hay posibilidad de que el mundo cambie. / TELEPRESS

Más de la mitad de la humanidad se acuesta con la muerte llamando a su puerta: 3.000 millones de personas malviven con un dólar al día. Un horror contra el que lleva luchando más de 30 años el jesuita de origen vasco Jon Sobrino, afincado desde 1957 en El Salvador. Allí es profesor en la Universidad Centroamericana Simeón Cañas y representante de la Teología de la Liberación, que arrancó a finales de los años 60 en Latinoamérica y asume como prioridad el compromiso con los más desfavorecidos. «En ellos está la salvación, en sentirse parte de la familia humana que padece. No hay nada más valioso que la fraternidad, llamar hermano y hermana a nuestro prójimo. Donde falta ese sentimiento, no hay humanidad...», reflexionaba ayer en Bilbao Jon Sobrino.
En vísperas de la conferencia que ofrece esta tarde en la capital vizcaína, el jesuita abordó sin rodeos más de un tema espinoso. La reciente 'notificación' del Vaticano que ponía en tela de juicio dos de sus obras -por hacer especial hincapié en la humanidad de Jesús y no tanto en su divinidad- no ha hecho mella en sus convicciones. «Estoy acostumbrado, llevo recibiendo amonestaciones de la jerarquía desde hace tres décadas... Y debo decir que entiendo el papel de Roma, como comprendo el que tienen los obispos, teólogos y las universidades. Ahora bien, en última instancia, lo que realmente me disgustaría sería que la cocinera de mi casa no me considerara un hombre de bien». Y apostillaba: «La salvación no está en el Vaticano, sino entre los más humildes: ayudarles no sólo es una exigencia, sino una oportunidad para ser humanos de verdad».
Fiel a su destino -la defensa de los desheredados de la tierra-, no busca la confrontación «con nadie», sino hacer ver en todo su esplendor «el potencial humanizador» de la figura de Jesús. «En un mundo enfermo que hace del capital el motor de la Historia, sus palabras caen como agua de mayo. Hoy más que nunca hay que tener presente lo que decía en las Bienaventuranzas: 'Dichosos los que tienen compasión, pues Dios tendrá compasión de ellos'. Y si no..., ¿olvídense!».
Ante una sociedad ferozmente materialista, sin más meta que el enriquecimiento desmedido, Jon Sobrino apela a las enseñanzas de su compañero Ignacio Ellacuría. «Sigue vigente lo que dejó escrito en su último artículo, antes de que lo mataran en 1989: 'Como alternativa, hay que oponer una civilización de austeridad compartida, donde el motor de la Historia sea el trabajo y la solidaridad'». Y Jon Sobrino no ceja en ese empeño, escribiendo y participando en foros, sin retroceder en ningún momento porque tiene la esperanza de que «el egoísmo estructural que impera se acabe rompiendo gracias a los que nada tienen».
Contra la indiferencia
Una señal de que va por buen camino es el propio término de Teología de la Liberación, «acuñado entre los pobres de América Latina» y heredera directa, recalca, del Mensaje de Cristo. «El concepto de liberación aparece en las Escrituras, cuando se nos explica que la fuerza de Dios reside en el poder para devolver la vista a los ciegos, hacer caminar a los tullidos, liberar a los cautivos... Del dolor compartido nace esa fuerza. ¿A Dios se le remueven las entrañas ante el sufrimiento!». *

*http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20070614/sociedad/jesuita-sobrino-recuerda-salvacion_20070614.html

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