Hace seis meses era un verdadero lujo de amantes a la tecnología el tener Internet y acceso a redes sociales y navegación en el celular. Ahora se volvió necesidad para comunicarse, por un módico pero mayor precio, con los demás. Ya no es suficiente el tiempo de aire, ya los mensajitos son cosa del pasado, ahora el tiempo real y supuestas "gratuitudes" son la norma y los que estamos fuera estamos más fuera que nunca.
De repente y dan ganas de interconectarse aún más y salir del analfabetismo de BBM y Android. La llamada al consumismo en lo urbano es sofocante, depende de uno ponerse límites al gasto y vivir de la forma más simple posible, simple en lo que las circunstancias permitan.
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