Es una bendición contar con unos cuantos verdaderos amigos que comparten alegrías y tristezas con uno. No se si contados con los dedos de una mano, si la amistad siempre es relativa, si los años cambian las cosas, pero he tenido la fortuna de, a lo largo de mi vida, contar con algunas personas a las que les tengo un cariño y amistad especial. Algunos, como quien aparece en la foto, mi gran amigo Jorge, los conozco desde los difíciles y robotizados días del colegio, es decir, más de trece años de amistad, otros, vinieron con la Universidad y realmente la afinidad ha trascendido esa época mágica de fiestas y salidas; luego, con el paso del tiempo y por las diversas circunstancias, se encuentran nuevas personas en el camino y poco a poco se van desarrollando nuevas amistades, lo que siempre se agradece.
En estos días, se estarán yendo del país dos cercanos amigos, quienes van en busca de mejorar sus conocimientos académicos y a quienes se les extrañará pero a la vez se les desea todo tipo de éxitos ante estos nuevos retos a emprenderse.
Gracias a Dios por los amigos, la familia que uno elige tener.
2 comentarios:
Uno piensa en un amigo como en alguien que está allí en las alegrías, en las penas, en la salud y en la enfermedad. También hay que pensarlo al revés... como en quien necesita que nosotros estemos con él/ella en sus alegrías, penas, salud y enfermedad.
Claro que hay amigos de amigos ¡! están los protagonistas de cada etapa de nuestra vida y los que trascienden. Al final, como dice, tal vez basta una mano para contarlos todos pero cada uno tiene su historia.
Hay algunos que, como yo, tenemos pocos... pero son excelentes. Haciendo cuentas, siempre se llega a la conclusión de que son una bendición y un valor agregado para nuestras vidas.
Hay amigos de amigos y creo que lo dificil, además de encontrarlos, es mantenerlos, estar alli cuando se necesite de uno, definitivamente un valor agregado que vale la pena apreciar.
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